Antes de llevar a cabo cualquier proyecto de construcción, se deben estudiar las condiciones y la composición del suelo con una calicata para determinar si el trabajo propuesto es factible o no. Una calicata es la excavación de un pozo de prueba y se trata de un medio simple y rentable de reconocimiento geotécnico de terrenos, además de una de las técnicas de prospección más importantes dentro de un estudio geotécnico, ya que permite establecer cómo de profundos son los cimientos y cómo abordar el diseño estructural.
Las calicatas geotécnicas son una herramienta de investigación común dentro de la industria geotécnica y geoambiental. Estos pozos de prueba son un método de investigación perfecto para verificar de manera rápida el estado del suelo. Permiten el examen de las caras horizontales y verticales expuestas a medida que avanza el pozo y también permiten la recolección de una amplia variedad de tamaños y tipos de muestras. Realizar una calicata permite:
Entre las ventajas de las calicatas destacan:
La selección de una calicata debe permitir obtener una perspectiva geológica subterránea completa. Para los trabajos comúnmente se utilizan perforaciones, sondas y pozos de prueba para llevar a cabo una investigación en profundidad.
Las calicatas se excavan en suelos que pueden mantenerse por sí mismos durante el tiempo necesario para realizar la investigación. En suelo suelto, es posible que se requiera apuntalamiento. Sin embargo, existe una restricción de profundidad limitada por el nivel freático del suelo. Por lo tanto, la altura del pozo depende de la distancia a la que se encuentra el agua en el subsuelo, teniendo siempre la superficie del terreno como referencia.
Se pueden distinguir hasta dos tipos de calicatas:
Las calicatas deben ser supervisadas por un técnico especializado en el reconocimiento geotécnico, y debe indicar la maquinaria empleada para su excavación y un corte estratigráfico del terreno en el que se especifica el nivel de humedad, dureza o compacidad de cada estrato, así como las condiciones de excavabilidad y estabilidad de las paredes del terreno.
Las muestras de suelo se pueden obtener de dos formas de acuerdo con el tipo de ensayo que se va a realizar:
Siempre se llevan a cabo durante la excavación a la cota deseada. La cantidad de muestra a tomar depende de la granulometría de los materiales y del tipo de ensayo a realizar. En suelos arcillosos o arenosos y ensayos de identificación, es suficiente con dos o tres kilos. Cuando se recoge la muestra esta debe sellarse y registrarla con los datos de la obra, identificación de la calicata, profundidad y número de muestra.
El tamaño de las muestras inalteradas depende de las exigencias de los ensayos de laboratorio. La longitud mínima de la muestra debe permitir obtener un tramo central suficientemente largo, lo más intacto posible. En el transporte de las muestras inalteradas es muy importante evitar las altas temperaturas, las vibraciones y los golpes. Su almacenamiento idóneo hasta la realización de los ensayos se lleva a cabo en una cámara húmeda del laboratorio.
Por lo tanto, las calicatas son una técnica idónea para observar las características del suelo y facilitar el reconocimiento geotécnico de la manera más confiable y segura. Gracias a ellas se consigue la información más importante para la planificación, diseño y ejecución de cualquier proyecto de construcción.